Saludos nuevamente~
:D
Me parece que el intervalo entre mis entradas resultará un poco espaciado debido al reducido tiempo de libre debraye (e inspiración) que últimamente poseo. En fin.... no tienen idea de las enormes ansias que me embargan al pensar en subir mis relatos y poemas a este espacio, sin embargo, por seguridad prefiero aguardar un poco mientras me organizo para protegerlos con derechos de autor, pues lamentablemente he vivido malas experiencias al respecto.
Hasta entonces me limitaré a redactar pensamientos, memorias y una que otra historia corta y quizá carente de sentido. Espero que sean de su agrado.
P.D. Este relato lleva dedicatora a todas mis queridas Azotadas que mañana llevarán a cabo su COMIPEMS: La suerte no existe... ¡¡¡les deseo ÉXITO!!!
EVENTUALIDAD......
Gota tras gota, el industrial pavimento de concreto que cubre la inmensa ciudad comienza a humedecerse y la lluvia dibuja perfectos círculos concéntricos al caer sobre la calle.
Niños corren y saltan de aquí a allá, salpicando por doquier despreocupadamente y pese a las llamadas de atención de sus exageradas madres, empapándose mientras gritan eufóricos disfrutando el sentir las gotas rodar por sus sonrosadas mejillas.
Una pareja de jóvenes se resguarda bajo un desolado puente... él la cubre a ella con su saco amorosamente mientras de la cabellera de ambos escurren traviesas un par de gotas, e iluminados por la tenue luz del atardecer, unen sus labios en un suave y delicado beso.
Hombres ya hartos de sus labores cotidianas, corren esperando coger el transporte, cubriendo sus cabezas con portafolios desgastados y periódicos de hoy para evitar al máximo posible mojar sus vestimentas. Les espera en casa una esposa, niños... o quizá no, y únicamente la esperanza de un "mejor mañana" les mantenga de pie.
Mujeres, sentadas en sus humildes hogares miran por la ventana copeada de pequeñas gotas esperando ver señales de sus maridos que regresan de una jornada de trabajo más. La cena se ha enfriado y los niños acostados se encuentran ya en sus camas: se ha vuelto rutina no ver a papá, pues arribará demasiado tarde.
Nacemos, crecemos, moriremos.... el tiempo no perdona, es un ciclo imparable y sobre todo impredecible, por más inmutable que lo haga parecer nuestra rutina. Recuerdo a mi papá diciéndome seriamente "Muy bien... si tú... si tú eres capaz de prometerme que el próximo año podré celebrar tu cumpleaños con una bonita fiesta, este año no haré nada" y es verdad... no podemos prometer ni siquiera un "nos vemos mañana": nuestra existencia como seres consientes no se encuentra asegurada de ninguna manera.
Por lo mismo, al tener un problema frente a nosotros, no sirve de nada dar vueltas y vueltas al asunto... aplazarlo indefinidamente: entre más tiempo se deje pasar, más difícil y complicada se torna la solución, y más dolorosas las consecuencias que se generarán. Es como una pequeña bola de nieve que cae cuesta abajo por una montaña.. al llegar a la ladera su tamaño será colosal y provocará fuertes daños a su paso.
Reflexionando sobre esto en un día lluvioso me encontraba y decidí compartirlo en este espacio: Si deseamos un cambio en nuestra manera de vivir, hemos de generarlo con acciones prontas y eficaces, puesto que el tiempo pasa inexorablemente.... y el en extremo remoto caso de que la solución llegue por sí sola, nada nos asegura que continuemos existiendo para recibirla.
LILAVATI